DÍA 4 NOVENA SANTA MARIA MAGDALENA
DÍA 4
SIGUIENDO A JESÚS
"En Galilea, estas mujeres lo habían seguido y se habían ocupado de sus necesidades". San Marcos 15, 41
REFLEXIÓN DEL DÍA
La predicación de Jesús desde el barco debe haber llegado al corazón de María Magdalena. “El que tenga oídos, oiga” (Mateo 13, 9). Habló una parábola sobre la necesidad de cultivar el espíritu para escuchar la Palabra de Dios. Su corazón, una vez rocoso o espinoso, estaba descubriendo cuán fértil podría ser cuanto más tiempo pasara en presencia de su Mesías. La expulsión de siete demonios fue solo un comienzo. Dudo que María Magdalena tuviera idea de cuánto se transformaría su vida cuando comenzara a seguir a Jesús por Galilea y, finalmente, al pie de la cruz en Jerusalén.
La sencilla declaración de Marcos nos enseña una lección profunda: “… las mujeres lo habían seguido y se habían ocupado de sus necesidades” (Marcos 15, 41). Los pocos o muchos meses que pudo atender las necesidades de Jesús fueron suficientes para forjar un seguidor fiel. La profundidad de la amistad y el compromiso prevalecen sobre el tiempo en este caso. Al seguir a Jesús, quizás también descubrió el rico don de su genio femenino al servicio de su misión recién descubierta.
Diferentes tradiciones disputan la asociación de María de Betania con María de Magdala, pero el espíritu femenino agradecido y amoroso brilla a través de ambas Marías. Ella pudo haber detectado el desprecio que le dio Simón el fariseo cuando cenaba en su casa (Lucas 7, 36-50). No le ofreció a Jesús la típica hospitalidad, pero María lo compensó. Me encanta imaginar su muestra de atenta reverencia lavando los pies de Jesús con sus lágrimas y ungiéndolo con un nardo caro.
Su presencia femenina en medio de la banda de discípulos varones puede haber agregado una nueva “dinámica familiar” a sus viajes por Galilea, agregando esa sensibilidad femenina hacia aquellos que encontraron en el camino. Su corazón femenino pudo haber sangrado mucho antes de ver a Jesús derramar su sangre en la cruz, simplemente por percibir su tristeza pensativa cuando se acercaba su hora o cuando profetizó que el Hijo del Hombre sería entregado y crucificado. Finalmente, su espíritu atento dio frutos en solidaridad con el sufrimiento de Jesús en la cruz.
María Magdalena predica sin palabras, mostrándonos lo transformador y vivificante que es seguir a Jesús. Pero para seguir debemos tener oídos para oír y ojos para ver. Se nos invita a reflexionar sobre Su Palabra sin prisas ni distracciones. Estamos invitados a estar en Su presencia a través de la Eucaristía. Somos los bendecidos que maduraremos en nuestro conocimiento y amistad con Jesús. María no siguió simplemente con sus pies que caminaban por donde Él caminaba. Ella siguió a Jesús en lo más profundo de su interior, dejando que Su palabra y Su presencia llevaran vida en su interior. Como ella, podemos adorar con reverencia a Jesús con corazones agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros, y dejar que Su vida dé fruto en nosotros y a través de nosotros.
ORACIÓN DEL DÍA
Señor Jesús, como María Magdalena, deseo conocerte más profundamente, para amarte más plenamente y seguirte más fielmente. Hazme atento a Tu presencia en tu Palabra, Sacramento y acción providencial en el mundo. Que te alabe y te adore en tu Santísima Eucaristía. Haz que todos te conozcan, te amen y te sigan, especialmente a aquellos que nunca han escuchado tu Palabra o la han rechazado. Haz que todos los que profesan ser cristianos te conozcan más plenamente y sean testigos por su fidelidad a la auténtica vida cristiana. Amén.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
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